La muixeranga (pronunciado mujʃeˈɾaŋɡa) o ball de valencians, es el nombre que recibe un conjunto de danzas y castillos humanos originarios de la Comunidad Valenciana (España) y que se preservan en Algemessí (Ribera Alta). Más que una danza propiamente dicha es un conjunto de cuadros plásticos con intencionalidad representativa, que participa en las Procesiones de Nuestra Señora de la Salud, la Fiesta Mayor de Algemesí (7 y 8 de septiembre).
Inicio de la Torre
La muixeranga es el nombre que recibe en Algemessí, y que se diferencia de los modernos castellers en el sentido de que en la muixeranga el objetivo es más religioso y se hace una danza, sin que la altura de las torres humanas sea crucial. Si la teoría de que los castells y la muixeranga tienen un origen común: las moixiganges, los primeros se habrían especializado en las torres humanas propiamente dichas y las segundas se habrían preservado fieles al sentido religioso y los cuadros plásticos.
Torre en Construcción
La primera cuestión a mencionar vendría constituida por las opiniones que hay con respecto al nombre. Por una parte, hay opiniones documentadas que en 1947 defendían la procedencia del nombre, de la palabra árabe 'mochain, con significado de ‘enmascarado' o ‘encapirotado'. Por otra, hay quien piensa que recibe el nombre genérico por ser la primera danza que aparece abriendo marcha, en recuerdo de los antiguos desfiles y procesiones o fiestas públicas —moixigangues, con comparsas y gente disfrazada, que se celebraban por causa de algún acontecimiento remarcado. La verdad es que hoy, a causa de la falta de investigaciones, no se puede tomar parte por ninguna hipótesis.
Pequeñas Torres
Las más antiguas crónicas escritas que la vinculan en Algemesí datan del primer tercio del siglo XVIII, pero de su constante y firme presencia muy bien puede pensarse en un origen mucho más antiguo. Si nos atenemos a referencias de crónicas, la fecha de 1724, celebración de las primeras fiestas solemnes en honor de Nuestra Señora de la Salud, podría ser la más antigua que la vincula a la Fiesta; pero si tenemos en cuenta la constatación documental de los Libros de Cuentas de la Villa, desde 1733 y desde entonces, ya con cadencia anual al liquidarles el sueldo a los dulzaineros que tocaban en la Fiesta, es el más exacto hito cronológico.